El presidente sella alianzas tácticas con los aliados que necesita para evitar riesgos en Diputados. Y sube al ring a CFK, que está librando una interna impiadosa en el PJ. La estrategia es dividir a los ajenos y unir a los propios
Javier Milei es original para la política tradicional pero suele utilizar, ante momentos determinantes, estrategias similares. Encuentra argumentos para sellar acuerdos con potenciales aliados y detecta con quién es conveniente polarizar. Aunque tiene amigos y enemigos permanentes, el líder libertario dosifica esas relaciones de acuerdo a las necesidades que le imponga el escenario político, siempre cambiante, siempre inestable. Es lo mismo que demostró en el camino que recorrió desde los sets de televisión como panelista, en 2020, a la competencia electoral que lo llevó tres años después a la Presidencia de la Nación.
El de ahora parece uno de esos instantes en los que Milei demuestra flexibilidad para encarar coyunturas decisivas. Más allá de las interpretaciones están los hechos. En las últimas semanas hubo un acuerdo explícito entre el presidente y Mauricio Macri, que quedó cristalizado en nombramientos que ambos atribuyeron a ese renovado temperamento conciliador. Y anoche recibió junto a su hermana, Karina Milei, a cuatro gobernadores peronistas que pueden darle los votos necesarios para consolidar un escudo legislativo imprescindible para los tiempos que vienen. Entre La Libertad Avanza, el PRO y los diputados provinciales, el oficialismo se puede garantizar el tercio de bancas necesarios para sostener un veto presidencial.
Al mismo tiempo, y mientras el peronismo atraviesa una inédita experiencia de pelear en internas la Presidencia del Consejo Nacional del PJ -la primaria de Carlos Menem y Antonio Cafiero en 1988 fue por la candidatura presidencial, no por cargos partidarios- Milei eligió polarizar a un nivel extremo con Cristina Kirchner, que disputa al mismo tiempo con Axel Kicillof y Ricardo Quintela, dos gobernadores de los cinco que le quedaba hasta ahora Unión por la Patria, la última denominación del kirchnerismo. El contrapunto de Milei puede beneficiar en la interna a CFK y debilitar a los rivales.
La frase que precipitó el encontronazo con Cristina Kirchner la pronunció Milei en un reportaje que había sido grabado el viernes y se proyectó en TN el domingo a la noche. El periodista Franco Mercuriali le consultó sobre la interna del PJ y el presidente pronunció una frase que generó un enorme impacto político: “No es un problema para mí, es un problema de la oposición. También hay una parte de morbo, y que me encantaría meterle el último clavo al cajón del kirchnerismo, con Cristina adentro”.
En la campaña presidencial, en la previa a las PASO, Milei atacaba con extrema virulencia a quien las encuestas daban con amplias chances de ser el opositor más votado, el entonces jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta. Con Patricia Bullrich la relación era buena y de hecho había elogios cruzados. Más allá de que las críticas al kirchnerismo eran constantes -tanto a Cristina como a Sergio Massa- la polarización era con el alcalde porteño. Tras quedar eliminado, Milei agudizó las críticas contra Bullrich, a quien le recordó su militancia en los violentos años 70. Vencida la candidata de Juntos por el Cambio en las elecciones generales -de las que justo hoy se cumple un año- el líder libertario selló con ella y Macri el Pacto de Acassuso y recién allí, con toda la oposición alineada detrás suyo, enfrentó en la batalla final al kirchnerismo. Y ganó.
La embestida contra Cristina Kirchner permitió agudizar la polarización y meter una cuña dentro de la interna del PJ. Los dichos del presidente precipitaron una condena unánime de todos los sectores del peronismo y le permitió la ocasión para que la ex presidenta mantuviera un ácido ida y vuelta con el primer mandatario. “¿Así que ahora me querés matar? Estás nervioso y agresivo porque todas las idioteces que, durante años, dijiste en la tele y todavía seguís repitiendo son solo eso: idioteces. Y como no tenés la más pálida idea de lo que es la gestión del Estado terminaste pidiéndole ayuda a Macri”.
Hasta Axel Kicillof, que venía desafiando el liderazgo de CFK sosteniendo la candidatura a presidente del PJ de Ricardo Quintela, salió a solidarizarse y a expresar su apoyo ante las agresiones de Milei. ¿El presidente prefiere que Cristina Kirchner se imponga en la interna? ¿Hará lo mismo que Mauricio Macri, que en 2017, polarizó con ella, logró vencerla en las elecciones de medio término, pero terminó derrotado en 2019, por más de 8 puntos de diferencia? Más allá de las incógnitas, Milei le ofreció una larga respuesta que extendió el contrapunto.
Macri y los otros peronistas
La otra figura política sobre la que viene trabajando Milei es sobre la de Mauricio Macri. Al ex presidente lo respeta, más allá de la incomodidad que genera cuando en las largas charlas en la Quinta de Olivos -milanesas o entrañas mediante- ofrece recetas de gobierno que él mismo no aplicó durante los cuatro años que ejerció la primera magistratura. Después de meses en los que no había avances sobre las ideas y propuestas planteadas en esas largas comidas, se destrabó la designación de María del Carmen Tettamanti en lugar de Eduardo Rodríguez Chirillo en un área estratégica como la de Secretaría de Energía.
Hay de todos modos una controversia, porque en el PRO recuerdan que Tettamanti formó parte de la Mesa de Energía y que, en realidad, no era afiliada y tenía relación con una protagonista clave en todo este contexto, que es Patricia Bullrich, con quien Macri se lleva peor que pésimo. Lo cierto es que tanto el ex mandatario como el propio primer mandatario dejaron en claro que su llegada al Gobierno formó parte de las consultas que venían teniendo. “Cada vez que tengo que evaluar un puesto, obviamente que tengo una gran relación con el presidente Macri y a veces nosotros tenemos algunas propuestas para cubrir y yo las consulto con él, porque la verdad que la experiencia tiene un valor importante en estas cosas, entonces hay sectores que son muy delicados y yo los discuto con él”, explicó en la misma charla.
Con pasado importante en el PRO está Eduardo Bustamente, quien asumió como vicecanciller en lugar de Leopoldo Sahores, que presentó su renuncia. “Tettamanti era de confianza de Patricia y a Bustamante lo eligió la canciller Mondino. Pero tiene lógica que haya una decisión de mostrar estos nombramientos como parte de un acuerdo de Milei y Macri”, explicaron anoche calificadas fuentes que conocen los entresijos del oficialismo.
Hay otra zona de transición en el Gobierno, que es el Ministerio de Capital Humano, que encabeza Sandra Pettovello. El organismo está en plena reconfiguración, con posiciones vacantes de enorme sensibilidad para la gestión diaria, pero también por la significación hacia afuera de esas estructuras. Están vacantes varios puestos del área de Legales y la Subsecretaría de Trabajo. Allí podrían recalar cuadros técnicos que podrían surgir de una conversación con Macri.
Pettovello -amiga del presidente y una figura clave de su entorno- tiene diálogo fluido con el ex presidente, pero todavía no tomó una decisión sobre quiénes van a ir a esos lugares. “El Ministerio está ordenado, las firmas para los expedientes están designadas y ahora se está trabajando en el rediseño del equipo, enfocados en Educación, Trabajo y Desarrollo Social, que fue en lo que se pensó cuando se creó Capital Humano”, explicaron fuentes oficiales y aclararon que los nuevos funcionarios “pueden venir del PRO o no, lo importante va a ser el perfil técnico y no político que van a tener”.
El refuerzo de la buena sintonía entre los protagonistas centrales del panoficialismo despeja las dudas sobre un vínculo que era importante para mantener unida una masa crítica significativa en la Cámara de Diputados. Es que en La Libertad Avanza creen que se viene gestando una etapa de mayor confrontación con la oposición. Sobre todo porque un sector del radicalismo, que se alínea con el presidente de la UCR, Martín Lousteau, y otras voces que rechazan los ideales libertarios, podrían encolumnarse junto a un sector relevante del bloque de Encuentro Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto, detrás del kirchnerismo para motorizar una ofensiva contra los intereses de Javier Milei.
“Está la ley que quiere poner límites a los vetos presidenciales con los que pretende gobernar Milei y están otros decretos que pueden ser puestos en consideración del pleno”, explicaron en el Congreso. Por eso es que tiene lógica la interpretación de que la reunión convocada en la Quinta de Olivos, además de reforzar una sintonía que se viene expresando desde principios de año, busca construir un dispositivo defensivo, una coalición que permita frenar los avances de los sectores más duros de la oposición.
Los cuatro gobernadores son de provincias en las que ganó Milei en la segunda vuelta. En Misiones 57 a 43 por ciento, en Catamarca 53 a 47, y en Salta y Tucumán, 52 a 48 por ciento. Son distritos donde el oficialismo local tiene altos niveles de aprobación al mismo tiempo que se reconoce la gestión del gobierno nacional. Una doble lealtad que pasa de los ciudadanos a sus gobernadores: “Mucho no nos cuesta en este lugar. Si a Kicillof y Quintela, que están parados en la vereda de enfrente, también les gritan traidor”, se ufanaba un operador de ese grupo.
Fuente: infobae