En sigilo, y sobre todo a partir del anuncio de Cristina Kirchner el sábado, en la cima de Cambiemos empezaron a analizar una variante al plan original: Macri presidente y Vidal vice.
Mauricio Macri repite a quien quiera oírlo que su candidatura presidencial no está en duda. María Eugenia Vidal aprovecha cada oportunidad para confirmar que su único plan es buscar la reelección en la provincia de Buenos Aires. Y Horacio Rodríguez Larreta insiste en que trabaja todos los días para gobernar la ciudad de Buenos Aires cuatro años más y, también, para que Macri logre ser reelecto. Ninguno miente, pero al parecer tampoco dice toda la verdad.
Sería una suerte de jugada en espejo a la que decidió CFK: apuntalar al candidato presidencial desde un lugar hasta ahora siempre subestimado como el de la vicepresidencia. En el caso de Cambiemos, buscaría poner fin a las presiones para que Macri se corra y deje la candidatura presidencial en manos de la actual gobernadora bonaerense. El mismo movimiento, de prosperar, le otorgaría a Vidal una vía de escape a la muy riesgosa elección que tendría que afrontar en la provincia de Buenos Aires.Sería una suerte de enroque o movimiento de la dama a partir de las últimas decisiones de los rivales.
La iniciativa apuntaría fundamentalmente a enviarle un mensaje a aquellos que interna y externamente reclaman la apertura de Cambiemos. Entre ellos, claro, la Unión Cívica Radical que tendrá su convención nacional el próximo lunes. Allí, y según el borrador del documento que circuló hasta ahora, volverían a la carga con la necesidad de que la coalición de gobierno tenga sus PASO. En principio, lo dirían con estas palabras en el punto siete del documento: «Las actas constitutivas y reglamentos electorales de las alianzas nacionales y distritales deberán establecer las mismas condiciones respecto a los requisitos de los precandidatos/as, órganos, integración de las listas, etc., que las acordadas en el año 2015 para la constitución de Cambiemos». Si en 2015 hubo PASO entre Macri, Elisa Carrió y Ernesto Sanz, los radicales no entienden por qué no debería haberlas ahora.
Uno de los que trabaja activamente en la confección de ese documento es Martín Lousteau, que se cansó de reclamar la ampliación de Cambiemos y suena para ser protagonista en esas supuestas primarias oficialistas. En el entorno del ex ministro analizan que las encuestas que encargó el Gobierno a partir del anuncio de la fórmula Alberto Fernández-Cristina Kirchner no arrojarán los resultados que espera Marcos Peña. Y que muchos de los que hasta ahora dudaban entre Macri y el voto en blanco, podrían pasar al lote Alberto Fernández o voto en blanco. La posibilidad de una fórmula Vidal-Lousteau también volvió a sonar en las últimas horas. Lousteau y Macri hablaron por teléfono el fin de semana.
Repetir la fórmula Macri-Gabriela Michetti, creen los radicales, sería como decirles a los seguidores de Cambiemos que los cuatro años de gestión que vendrían serían iguales a los que están terminando. Lo mismo ocurriría con Patricia Bullrich o Carolina Stanley. Pero van mucho más allá: casi con la misma brutalidad con la que lo expresó en público el jefe de la UCR, Alfredo Cornejo, sostienen que no se podría lograr la amplitud real de Cambiemos si el candidato presidencial es Macri. «Tenemos que construir algo mucho más apetecible para permitirle a Mauricio que se baje. Una fórmula que tenga probabilidades serias de ganar. Si no está Mauricio en la fórmula todo es más fácil», le dijo a Infobae uno de los radicales que más peso tiene en este momento.
Los radicales insisten en que el problema no es el candidato a vicepresidente. Como dijo públicamente Ricardo Alfonsín, eso sería limitarse a creer que el problema es Michetti. Y el problema, repiten, es el diagnóstico. Para la UCR, la fórmula Macri-Vidal no alcanzaría para resolver los problemas. Creen que sería otra forma de encerrarse.
Fuente: infobae.com