El formato de la votación evitó exponer las diferencias que había en Cambiemos. El texto exhorta al “pronto restablecimiento de la democracia y el orden constitucional” en ese país, pero no se pronuncia sobre las “irregularidades” de la elección.
La Cámara de Diputados aprobó este miércoles el proyecto del Frente de Todos que declara un “profundo repudio” hacia el “golpe de Estado” perpetrado en Bolivia, en una votación a mano alzada que le permitió a Cambiemos no dejar expuestas sus diferencias internas.
A lo largo de la sesión especial, que duró casi cinco horas, el oficialismo se esforzó para unificar una postura en torno al texto del peronismo, luego de frustradas negociaciones para arribar a una redacción común entre ambos espacios.
A la hora de la votación, el titular de la bancada de Cambiemos, Mario Negri, pidió votar en conjunto los tres proyectos en cuestión -el propio, el del peronismo y un tercero del bloque Evolución-, con el argumento de que se trataba de una declaración y no de una ley.
Sin embargo, esa moción fue rechazada, por lo que se sometió a votación el proyecto del Frente de Todos, que por impulso de Emilio Monzó fue aprobado a mano alzada, un formato que benefició al oficialismo, que se debatía entre la abstención o abandonar el recinto.
“Ante el impedimento de la mayoría, nos abstenemos a los efectos de la votación. Pero que quede constancia de que estamos ante el acto antidemocrático más importante después de haber invocado la democracia durante 10 horas”, denunció Negri una vez consumada la votación, mientras los diputados ya se levantaban de sus bancas.
El proyecto aprobado expresa un “profundo repudio” de la Cámara baja hacia el “golpe de Estado perpetrado el 10 de noviembre de 2019 en el Estado Plurinacional de Bolivia, que obligó a su presidente Juan Evo Morales Ayma y otros/as funcionarios del gabinete a renunciar a su mandato”.
A su vez, convoca “a todo el arco político de la región a exigir el cese inmediato de la persecución y violación de derechos humanos de funcionarios/as, dirigentes/as políticos, sociales, sindicales, feministas y de la población en general”.
Por último, exhorta al “pronto restablecimiento de la democracia y el orden constitucional, subvertido por la policía y las Fuerzas Armadas”.
Del mismo modo, el proyecto de Evolución -bloque liderado por Martín Lousteau- también definía los acontecimientos como un “golpe de Estado” y hablaba, entre otras cosas, de “reanudar el proceso electoral a fin de reestablecer cuanto antes el Estado de Derecho”.
Cambiemos, en cambio, proponía una declaración de repudio contra “los ataques contra el sistema democrático” en Bolivia, y además rechazaba “cualquier golpe contra la democracia y todo tipo de violencia”.
El texto encabezado por Negri también ratificaba el compromiso con la Cláusula Democrática de la OEA y el Protocolo de Ushuaia del Mercosur y, fundamentalmente, condenaba “las gravísimas alteraciones a la voluntad popular que desembocaron en el anuncio de una nueva convocatoria a elecciones presidenciales”.
El debate
En la piel de futuro canciller, el diputado nacional Felipe Solá abrió el debate y subrayó que “no hay ninguna duda de que en Bolivia hubo un golpe de Estado”, a la vez que aseguró que la aprobación de la declaración servirá para “contribuir a la pacificación” y “reencauzar el proceso democrático”.
“No hay ninguna duda de que en Bolivia este fin de semana hubo un golpe de Estado. No tiene sentido entre hombres y mujeres políticos empezar a discutir técnicamente qué es un golpe de Estado. Esto no es una academia”, advirtió Solá, quien hizo un repaso de los sucesos ocurridos desde el fin de semana en Bolivia.
El diputado de Red por Argentina sostuvo que la aprobación de la declaración permite “disipar los temores de que en América Latina estemos regresando a los tiempos más oscuros de todos”; “contribuir a la pacificación en Bolivia”; y “ayudar a reencauzar el proceso democrático en toda Bolivia”.
Agutín Rossi, titular de la bancada del Frente para la Victoria-PJ, destacó: “No encontré ningún discurso que no haya condenado el golpe de Estado. Lo que surge es que lo que pasó en Bolivia es un golpe de Estado. Me complace”.
El exministro de Defensa advirtió que “empieza a aparecer en América Latina un nuevo papel, que son las Fuerzas Armadas”, y “(Jair) Bolsonaro tiene mucho de culpa en eso”, a la vez que Estados Unidos, con Donald Trump, “tiene mucho que ver”.
Por su lado, el jefe del interbloque Cambiemos, Mario Negri, observó que Evo Morales, quien debió renunciar al cargo, “se tentó por gula de poder” al desconocer el referéndum que rechazó su reelección.
“Evo Morales se tentó por gula de poder, y hay que decirlo para que la historia no se repita. Morales no aceptó un referendo y como tampoco aceptó el escrutinio, apagó la luz”, señaló Negri.
Otro radical, Facundo Suárez Lastra, se metió en la discusión acerca del concepto de golpe de Estado: “Me resisto a la discusión semiótica. Si quieren llamarlo ‘golpe’, llamémoslo ‘golpe’. Pero llamemos las cosas por su nombre: los errores prácticos en el comicio se llaman ‘fraude’ y es un robo a la soberanía del pueblo”.
También opinó que “la mejor salida” para “que esta terrible situación que vive nuestro pueblo hermano se resuelva” es “que los cuerpos institucionales de Bolivia funcionen sin deserción”, ya que “no se puede desertar a la Asamblea Legislativa”, que debía pronunciarse sobre la renuncia de Morales y no tuvo quórum.
Por su parte, Guillermo Carmona (Frente para la Victoria-PJ) denunció que “resulta injustificable que se esté mirando para otro lado como lo hacen el presidente (Mauricio) Macri y el canciller (Jorge) Faurie”, y reclamó “que el Gobierno argentino se exprese categóricamente en contra del golpe de Estado”.
Según el diputado, Macri y Faurie “están pisoteando la tradición política y diplomática argentina, que se ha caracterizado por una defensa irrestricta de la democracia en el continente”.
Además, Carmona cruzó a sus pares radicales: “Nos sorprende que los partidarios de aquel centenario partido titubeen en relación a la existencia de un golpe de Estado”.
Paula Oliveto, de la Coalición Civica- ARI, sostuvo que “las Fuerzas Armadas tienen que estar subordinadas al poder civil”, ya que “cuando así no pasa se rompe el orden constitucional y se lesiona la democracia, y eso acá o en la China se llama golpe”.
La diputada advirtió que “no respetar el voto popular también es deslegitimar el Estado de Derecho”, en relación a la decisión de Evo Morales de desconocer el referéndum.
Todavía dentro del Pro, Daniel Lípovetzky plasmó sus diferencias en cuanto a la postura mayoritaria de Cambiemos, al sostener que “cuando ocurre un golpe de Estado tenemos que ser muy claros, no hay grises”, y llamó a “dejar de lado las diferencias” para aprobar un texto común.
“Cuando uno escucha que el jefe de las Fuerzas Armadas de un país hermano sugiere o exige la renuncia a un presidente, está claro que estamos hablando de un golpe de Estado”, sentenció Lipovetzky.
Desde el Frente de Izquierda, Romina Del Plá llamó a “apoyar al pueblo boliviano en lucha”, al señalar que “no hay un real repudio al golpe si no se apoya la movilización popular para derrotarlo”.
La representante del Partido Obrero reclamó “el retiro de la OEA y el imperialismo de la región” y remarcó la necesidad de “apoyar al pueblo boliviano en lucha, que es la única forma de derrotar la ofensiva golpista de carácter fascista de los Trump y Bolsonaro en el país hermano de Bolivia”.
Fuente: Parlamentario.com