Es porque, a pesar de la quita impositiva, fueron remarcados. Y a eso se sumó el incremento acordado para este jueves.
La historia comenzó el 11 de agosto pasado, cuando Alberto Fernández, contra todo pronóstico, arrasó en las elecciones primarias. En tres días, el dólar saltó de $ 46 a $ 62. Y el entonces presidente, Mauricio Macri, decidió como medida de “alivio” bajar a 0% lo que tributan de IVA los productos de 13 grandes rubros de alimentos esenciales, para evitar que la devaluación hiciera disparar sus precios en plena campaña.
Al inicio, eso produjo algunas leves rebajas. Pero, con los meses, los productos volvieron a encarecerse. Y ahora, tras la decisión del nuevo gobierno de no extender el beneficio -limitándolo a los sectores más vulnerables-, este jueves acumularon un alza más, mayormente del 7%, según lo acordado a fin de año con los empresarios.
Así, aunque la negociación cerrada el martes logró que las últimas subas en general no llegaran al 21%, los consumidores pasaron ayer a pagar valores mucho más altos que los de hace casi cinco meses, cuando el IVA 0% largó. ¿Cuánto más elevados? En 21 artículos que Clarín relevó en grandes cadenas, las subas acumuladas desde las PASO promedian un 24%, con casos entre 11% y 45%.
Se trata de las brechas que surgen al comparar cuánto costaban los mismos productos el 12 de agosto -horas después de las PASO- con los precios que pasaron a tener en las últimas horas en los súper que ya incrementaron sus valores.
Así, por ejemplo, un envase de pan de hamburguesas que había recibido el IVA 0% a $ 66,70 valía ya $ 72,50 en octubre, superó los $ 80 el mes pasado y ayer varios súper empezaron a venderlo a una media de $ 96,50. De punta a punta, el alza acumulada fue del 45%. Mientras que un pan de molde blanco Fargo, lejos de los $ 143,90 de agosto, saltó este jueves a $ 190, un 32% más.
En conservas de tomate, otro rubro que tuvo la quita del impuesto, una salsa pomarola Knorr que había arrancado en $ 41,50 arañaba ya los $ 50 en diciembre y acaba de ser remarcada a $ 56, un 35% por encima del precio de agosto.
De la misma forma, en menos de cinco meses, y siempre en categorías hasta el miércoles alcanzadas por el “alivio” fiscal, la media docena de huevos blancos se encareció 32% (en promedio, de $ 49,10 a $ 65), la leche Cindor subió 30% (de $ 89,10 a $ 115,75 el litro) y el yogur firme Yogurísimo tuvo un alza del 26% (de $ 50,75 a $ 64,10 en el pote de 190 gramos).
En yerba, los incrementos acumulados tras las PASO fueron de entre 19% y 28%, según la marca. Para envases de un kilo, la Rosamonte saltó de $ 177,70 a $ 227 y la Nobleza Gaucha, de $ 156,40 a $ 190,60.
El relevamiento también halló que, en varios súper, la harina 000 Cañuelas quedó ayer a $ 39,40, un 26% más costosa que luego de las PASO. Además, la botella de 1,5 litro de aceite de girasol Cocinero trepó a $ 136, un 22% más; y el paquete de azúcar Ledesma se ubicó en $ 47,30, un 21% más.
Las menores diferencias, en tanto, se hallaron en arroz blanco (13%), en fideos secos de distintas marcas (11%) y en la leche en sachet (11%), producto que, de todos modos, hasta noviembre, arrastraba en la Ciudad un alza del 60% interanual, según estadísticas oficiales.
El acuerdo entre el Gobierno y las empresas acotó las subas del regreso del IVA en los principales productos que tenían el beneficio, pero algunos, considerados menos necesarios, quedaron afuera, y podrían tener incrementos de hasta un 21%. Por ejemplo, el límite del 7% valdría para el pan lactal blanco, pero no para el de hamburguesas ni el que viene con salvado, según interpretan en el sector. Y el tope para las conservas se enfocó en las de vegetales, liberando los valores de las de frutas.
El plan oficial es que los reintegros del IVA regresen, pero sólo para jubilados que cobran la mínima, beneficiarios de la Asignación Universal y de la tarjeta Alimentar. Prometen poner eso en marcha próximamente.
Fuente: Clarín